Plaza de España

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lunedì 17 gennaio 2022

 MOVILIDAD INTERNACIONAL

(Escolarización en el IES Beatriz Galindo de Madrid)

Los alumnos de la sección cuentan su experiencia de un trimestre en España.


"Estoy muy feliz de haber experimentado esto, además, me siento privilegiado y afortunado".

Filippo Turci


"Volveré muy pronto en Madrid porque es una ciudad en la que me sentí muy amada por todos sus habitantes y donde están muchísimas personas que me esperan muy pronto".

Alice Nicosia

"La relación de amistad muy intensa entre Italia y España y la gran acogida recibida por mis coetáneos, los profesores y la familia de acogida me hizo sentir como en casa en muy poco tiempo, haciéndome vivir los tres meses mejores de mi vida".

Lorenzo Scafidi





REDACCIÓN SOBRE MI EXPERENCIA EN MADRID

Poner un título a esta experiencia que acabamos de vivir es realmente complicado. Sentí una mezcla de emociones realmente contradictorias; Pasé de estar feliz a estar triste en pocos segundos. Especialmente al principio, realmente era difícil, ir tres meses a un país extranjero, con costumbres diferentes, un idioma que no es el tuyo, una familia anfitriona y un sistema escolar completamente diferente comparado a lo italiano.

Comenzando desde el principio, la familia anfitriona se mostró inmediatamente agradable y acogedora; el problema se desarrolló en los días siguientes cuando vi la comida y la limpieza de la casa. Intenté, desde el principio, acostumbrarme a los usos y costumbres de un país que no era el mío cuando me di cuenta que la balanza decía cinco kilos menos solicité un cambio que fue "parcialmente" aceptado. Sin duda fue la peor parte de mi estancia en Madrid, la comida.

Una de las cosas que me ha sorprendió más es el sistema escolar: pudimos poner preferencias respecto a algunas asignaturas y he notado en general una gran organización tanto a nivel higiénico como a nivel didáctico. Al ver la escuela de español me doy cuenta de cuánto el italiano es realmente atrasado, con demasiado régimen antiguo y conservador.

Me encontré a gusto y en sintonía con todos mis compañeros de clase. que se han demostrado ser amables y serviciales desde el primer día. Quizás el mayor arrepentimiento que tuve, fue no salir con ellos cuanto quisiera por diversas causas como por ejemplo, el número excesivo de exámenes y la distancia de la escuela desde casa. Además, me considero una persona "cuadrada" en el sentido más positivo del término; mis prioridades son el estudio y el deporte, entonces al hacerlos convivir de la misma manera di menos importancia al "resto".

Otro aspecto muy positivo fue los medio de transporte que me permitieron no despertar demasiado temprano por la mañana.

Básicamente considero Madrid una ciudad mucho más limpia y organizada aunque no tenga el encanto de Roma. Me di cuenta de cuanto estuviera aficionado solo cuando no la he podido ver por tres meses y estoy realmente decepcionado y entristecido por la forma en que la tratan y mantienen.

Honestamente hablando del idioma, nunca tuve problemas quizá al principio hice un poco de esfuerzo por lo que respeta a entender a los compañeros que hablan más de cerca y en dialecto. Los profesores siempre hablaban de forma pausada y comprensible; obviamente siendo un idioma extranjero necesitaba más tiempo para estudiar y aprender los temas pero al final todo me fue bien y logré quitarme unas cuantas satisfacciones.

Sin duda lo que más he echado de menos, además de la comida, ha sido el futbol porque lamentablemente no pude encontrar una sociedad que era adecuada para mí. De vez en cuando iba a jugar con amigos los fines de semana pero no era lo mismo. Además probé suerte en el pádel, un deporte que siempre me he gustado que casi nunca he practicado por falta de tiempo.

En conclusión, estoy muy feliz de haber experimentado esto, además también me siento privilegiado y afortunado porque reconozco que no todo el mundo puede permitirse el lujo de permanecer tres meses en un país extranjero.

Filippo Turci


REDACCIÓN SOBRE MI EXPERIENCIA EN ESPAÑA


Yo he frecuentado el bachillerato de ciencias sociales en el instituto Beatriz Galindo que está ubicado en el centro de Madrid, en el trimestre septiembre-diciembre 2021.

Los sistemas escolares son muy diferentes entre sí.

En primer lugar, la estructura de los años de cole: los españoles frecuentan 6 años de infantil, 4 de ESO y 2 de bachillerato. Entonces, frecuentan un año menos, porque terminan el ciclo de estudio, a los 18 años.

Mi experiencia escolar correspondía al primer trimestre del primer año de bachillerato.

Hay más posibilidades de asignaturas optativas que se pueden elegir cuando no se frecuenta la clase de religión: por ejemplo, tienen un curso de TIC (tecnología de la información y comunicación ) donde he aprendido mucho sobre el trabajo al ordenador gracias a los muchísimos proyectos hechos. Hay laboratorios efectuados en horarios de clase, en mi caso francés y TIC, que permiten conocer estudiantes de otros cursos.

Este es un concepto muy interactivo que permite a los estudiantes moverse siempre, yendo de una clase a otra.

Durante el recreo, que es de 20 minutos, los estudiantes del bachillerato y de la 4 de la ESO, pueden salir del instituto y volver cuando suena el timbre: eso para evitar que hay demasiados estudiantes en el patio, puesto que en el instituto estudian tanto estudiantes del bachillerato como de la ESO.

La diferencia entre el colegio español y el italiano es mucha. En primer lugar, la organización y la efectuación de los exámenes: los españoles no hacen exámenes orales, sino escritos y, al final del trimestre, hacen un examen global de cada asignatura, que va a ser sobre todos los temas desde el empiezo del año, hasta las vacaciones de navidades.

El examen puede también ser dividido en dos partes, como fue el caso de mi profe de historia, que ha preferido hacer dos exámenes para poder dividir en 2 el programa.

Otra diferencia es la relación profesor-estudiante.

En España, los estudiantes tienen una relación muy de confianza con los profesores, y hablan con ellos llamándolos por nombre.

Esto, al empiezo de mi experiencia me puso en dificultad porque en Italia, la relación con los profesores es mucho más formal.

Otra diferencia es que cuando falta el profesor de la última hora o de la primera, los estudiantes pueden salir antes  o entrar después sin la autorización de los padres porque es suficiente el aviso del tutor escolar, que es generalmente un profesor.

Además, se aprueba con 5 y no con 6, como en Italia, permitiendo de esa manera, que un número mayor de estudiantes pase el año.

Los tipos de bachillerato que se puede elegir en España son :

-        Ciencias Sociales, con mates y economía hechas al mismo nivel del liceo lingüístico italiano

-        Humanidades, donde hay Griego y latín, sin mates

-        Artes, sin mates

-        Ciencias, que es como el liceo scientifico italiano

Para los estudiantes que eligen bachilleratos donde no hay mates, terminan el estudio de aquella asignatura en la ESO.

En mi clase, estaban 40 estudiantes, divididos en dos grupos, los que, como yo, efectuaban las asignaturas en español y el otro equipo, en inglés, como si fuera un curso Cambridge.

Las asignaturas que he efectuado en España son: economía, historia, mates, inglés, literatura española, TIC, francés, filosofía y educación física.

Los profesores fueron todos muy amables me ayudaron a sentir parte de la clase y me hicieron sentir cómoda y también mis compañeros de clase me han ayudado a hacer esta experiencia maravillosa y haciéndome integrar en el grupo como una de ellos.

He adorado como mi profe de filosofía me ha enseñado la asignatura, nunca me he aburrido en sus clases, porque hacía clases muy dinámicas e interactivas, este es muy bueno porque filosofía es una asignatura muy difícil y yo tenía miedo de no entenderla en español, pero he adorado sus horas que se dividían en: 2 horas de teoría y dos horas de lectura de textos explicados por los alumnos con PowerPoint.

Francés, no tenía un nivel muy alto porque lo he empezado a estudiar el año pasado, pero gracias a los proyectos y a las comunicaciones en francés, creo que he mejorado mi nivel de la lengua.

Economía, fue la asignatura en la que he tenido más problemas, porque nunca la he estudiado y fue muy difícil aprenderla en otro idioma, pero al final la he aprobado también con las dificultades.

Literatura española, fue muy difícil porque tenía la sintaxis y el análisis de los textos, no solo la lectura y he tenido problemas porque yo no sabía la sintaxis española entonces la he encontrado muy difícil en un primer momento.

Tecnología, fue una de las asignaturas que me ha gustado más estudiar, gracias a todos los proyectos, PowerPoint y trabajos en el ordenador que fueron muy interesantes.

Historia, he adorado a mi profe de esa asignatura porque sus clases fueron muy interesantes, él ha creado una maravillosa relación profesor-alumnos haciendo clases diferentes cada día y no permitiendo a los estudiantes aburrirse.

Mates, fue la asignatura en la que tenía más miedo de todas porque es muy difícil, aun si en Italia siempre he tenido muy buenas notas, mi temor era que con el idioma estranjero, habría sido más difícil, en cambio, he sacado muy buenas notas en los parciales, y por esto, mis compañeros me preguntaban ayudas para aprobar los exámenes.

Educación física, es muy parecida a la italiana porque las clases estaban hechas de pruebas de resistencia, velocidad, fuerza, stretching, hemos hecho partidos de vóley, frisbee, hockey y fútbol.

Ingles, mi profesora era muy entretenida, le gustaba mucho hacer que nos hicieran juegos interactivos, para entender mejor las reglas, términos específicos, junto al asistente, que utilizaba el mismo planteamiento de trabajo.

 

He aprendido muchísimo de esta experiencia en Madrid. En primer lugar sobre el colegio, he aprendido nuevos métodos de aprendizaje, nuevos métodos de estudio que me ayudarán mucho en el futuro.

He aprendido mucho sobre las personas, nuevas costumbres, métodos de pensamiento y de vivir las tradiciones que me alegré aprender.

He entendido mucho sobre mí misma, sobre cómo vivir con mis ansiedades y sobre cómo vivir las situaciones sin estrés.

Antes de esta experiencia no creía en las personas que, hablando de sus experiencias, decían que habían cambiado, pero tengo que reconsiderar esto, soy una persona muy diferente desde que me fui y Madrid llevará siempre un trozo de mi corazón.

He aprendido cómo gestionar la ansiedad antes de un examen, he aprendido que puedo hacer y dónde puedo llegar, sola, sin la ayuda de ninguno. He entendido que soy muy responsable y que puedo hacer todo.

He vivido en una residencia para estudiantes universitarios a unos minutos de la calle principal de Madrid, Gran Vía.

En la residencia me he encontrado muy bien, he conocido estudiantes de todo el mundo y he hecho muchísima amistad con mi compañera de habitación, Emma, que vive en Milán.

Viviendo en residencia yo era muy autónoma sobre las salidas, tenía horarios para regresar, en el fin de semana (medianoche) pero para todo lo demás me he manejado muy bien y he aprendido mucho sobre mi misma y sobre mis capacidades. Teniendo la posibilidad de conocer estudiantes de todo el mundo, he aprendido mucho también sobre las costumbres de un normal adolesciente americano, mexicano o francés y esto me ha ayudado en el mejoramiento de mis conocimientos lingüísticos.

La vida española es muy diferente de la italiana, empezando por los horarios, que son mucho más largos de los nuestros.

La situación Covid-19, es mucho más tranquila, en los colegios son muy cuidadosos con las normas, llevan las mascarillas y respetan el metro de distancia.

Nunca he vivido una cuarentena o un lockdown en 3 meses y he oído de muy pocos positivos, todo lo contrario de la situación italiana que está empeorando mucho. El green pass no existe, tienen una certificación de la vacuna pero no la preguntan en los restaurantes, entonces es como si no existiera.

La ciudad es mucho más limpia respecto a Roma, hay muchísimas zonas verdes con árboles y plantas. No teniendo ruinas arqueológicas subterráneas, la ciudad está llena de líneas metropolitanas, de hecho, tiene 11 líneas metropolitanas, entonces es muy fácil moverse y muy difícil perderse.

Los medios de transporte funcionan muy bien, y es obligatorio el pago. Todos tienen la tarjeta para los medios de transporte y cuando se entra en el bus se tiene que pagar, si no, el bus no arranca. Por otro lado, aquí en Italia ni siquiera compran el billete.

La comida es muy diferente de la italiana, comenzando por las materias primas, pero sigue siendo muy rica.

He aprendido que los españoles se parecen mucho a los italianos en las ganas de hacer nuevas amistades.

He hecho muchas nuevas amistades que de seguro perdurarán en el tiempo, me sentí muy acogida por todos y dejar atrás lo que se había convertido en mi vida fue muy difícil.

Volveré muy pronto en Madrid porque es una ciudad en la que me sentí muy amada por todos sus habitantes y donde están muchísimas personas que me esperan muy pronto.


Alice Nicosia


Redacción escolarización en España

Durante mi estancia en Madrid asistí al instituto Beatriz Galindo en la calle de Goya 10, una escuela que tiene varias direcciones y propuestas añadiendo dos asignaturas opcionales que cada estudiante puede elegir según sus intereses. El instituto está situado en el centro de Madrid a menos de 100 metros de la famosa Plaza de Colón, que está repleta de estudiantes, y al mismo tiempo en una de sus calles del centro más importantes y de mayor atracción para los turistas, la Calle de Goya.

Además, el instituto está muy bien comunicado con el transporte público, ni siquiera a 20 metros de la puerta de la escuela está la parada de metro Serrano (en concreto la línea 4) y a 50 metros más adelante hay una parada de autobús, esto la hace muy bien conectada desde cualquier parte de Madrid gracias a la red de transportes públicos de la ciudad muy eficiente.

Los edificios en los que se encuentra la escuela son muy modernos y siempre están sujetos a mantenimiento y limpieza, son dos edificios: uno más grande, organizado en tres plantas con garaje, dos gimnasios, secretaría, presidencia, conserjería, cafetería y innumerables clases y baños, el otro edificio también con clases y baños, pero mucho más pequeño y organizado también sobre tres pisos, donde en el segundo de éste estaba también el departamento de filosofía y de francés. La entrada para todos los estudiantes del instituto es de 8 a 8:05, donde luego los profesores empiezan a pasar lista y empiezan las clases. Las horas son largas en promedio entre 45 y 55 minutos y el recreo dura 25 minutos y se puede salir del instituto sin delegación ni autorización pero sólo mostrando la tarjeta proporcionada a los estudiantes de la escuela misma con su propia foto, el nombre y apellidos que se mostrará al salir de la escuela.

Para los estudiantes que no quieren salir, hay un patio en el que hay bancos y mesas de ping pong donde se puede pasar el recreo, de lo contrario también se puede permanecer en clase. Las clases en España son de 20 a 30 estudiantes, luego en el caso de las clases que tienen una aula más grande como a mí me ha pasado se superan incluso los 40 estudiantes, las mesas están todas distanciadas las una de las otras y es obligatorio el uso correcto de la mascarilla, en el que son muy rígidos y intransigentes, hasta el punto de que los estudiantes que infringen repetidamente las reglas covid, son convocados a su centro de dirección llamado "jefatura de estudios" para justificar sus acciones y sus comportamientos, cosa que no pasa en Italia. Otra norma fundamental en el instituto es la prohibición de utilizar el móvil durante las clases y, si el profesor descubre que un estudiante utiliza el móvil durante las horas de clase, le confiscará el móvil llevándolo a jefatura de estudios y se van a esperar a los padres para recogerlo. Las diferencias que he encontrado entre la escuela española y la escuela italiana son innumerables, la más importante y evidente es sin duda la ausencia de verificaciones orales, por eso se logra organizar muy bien la vida personal y los compromisos escolares en perfecta cohesión, también gracias al mes de preaviso con el cual los profesores fijan sus propias comprobaciones escritas, el cual ayuda a beneficiar del estudio pero al mismo tiempo también las tareas con mucha tranquilidad para que se pueda construir una verdadera organización sin la ansiedad y la acumulación del estudio hasta los últimos días que la verificación oral provoca en la escuela italiana, porque siendo una prueba a sorpresa no hay una verdadera organización como está presente cuando todos los compromisos escolares ya están programados a largo plazo, que es lo qué pasa en España. Otra diferencia significativa que influye también en el estudio de determinadas asignaturas es la relación de respeto y igualdad que existe entre el profesor y el estudiante,  donde los profesores son llamados por su nombre y se le dirige la palabra utilizando el "tú" en lugar de “usted”, no es nuevo en España que los profesores se abracen y tengan conversaciones, incluso extraescolares, sobre muchos temas con los alumnos, construyendo precisamente un clima de estima y confianza recíproca entre el estudiante y el profesor que nunca se enfada ni pelea con los propios alumnos durante las clases; en Italia, los profesores son llamados con “usted “ y no siempre hay un clima de diálogo y confianza con el estudiante, que no ayuda a los estudiantes a estudiar y concentrarse lo mejor posible en su propia asignatura; en mi opinión, los profesores en Italia deberían ser llamados con sus nombres y deberían tener más estima y confianza en los alumnos. Otra diferencia entre el sistema educativo español ayude sus alumnos es la oferta a los alumnos de elegir dos materias optativas a según de los intereses de los estudiantes, que es una oferta educativa que en Italia no tenemos y por eso cada estudiante tiene que estudiar algunas asignaturas secundarias también si no son de su interés (las asignaturas secundarias en España son: ciencias, música, francés, tecnología, religión y otras lenguas extranjeras como el italiano y el chino). Otra diferencia fundamental es precisamente la suficiencia, que en España es más fácilmente accesible con el cinco y no con el seis en Italia, ayudando también a los propios estudiantes que no sobresalen y tienen dificultades en una determinada asignatura a llegar de manera sencilla a la suficiencia sin demasiados problemas también gracias a esta diferencia en la escala de calificaciones: la nota podrá dividirse en un 80 % del resultado de las verificaciones y un 20 % adicional, que es un conjunto de tareas de hacer en casa, participación y conducta que puede hacer redondear cualquier medio de nota por exceso, esto facilita la obtención de una calificación para un estudiante no sólo de acuerdo con la nota sacada en una prueba, sino también de acuerdo con la participación y la conducta. Otra diferencia entre la escuela española y mi cole en Roma es el reparto de los meses escolares, que en España está sujeta a tres trimestres y la escuela termina a finales de junio y el sábado como día escolar ya no existe en la mayoría de las escuelas españolas, mientras que en mi instituto en Italia muchas direcciones van a la escuela el sábado (incluyendo la mía) y la organización se basa según dos cuatrimestres y las clases terminan al comienzo de junio.

Además, los estudiantes españoles terminan el bachillerato un año antes que los estudiantes italianos, tienen seis años de primaria que comienzan a los seis años, cuatro años de secundaria que comienzan cuando tienen 12 años y dos años de bachillerato que comienzan a los 16 años, por eso terminan el bachillerato antes teniendo más tiempo para ir a la universidad, lo que en mi opinión debería añadirse también en Italia, levantando el quinto año de bachillerato. Muchas de las asignaturas a las que asistí en España fueron las mismas a las que asistí en mi cole italiano, como la literatura española, la filosofía, la historia española, la francesa y la inglesa, otras materias a las que fui introducido por primera vez como economía y tecnología. Las clases obligatorias se impartían en mi clase y con todos mis compañeros (a excepción de inglés avanzado, donde mis compañeros de clase matriculados en este curso cambiaron de clase para llevar a cabo las clases de inglés y las clases de filosofía y educación física en lengua inglés y en otras aulas, mientras que en las clases de las materias optativas había que ir a otra clase según la materia que había que desarrollar, porque cada materia facultativa tiene su propia aula. Al entrar en clase, se pasaba lista y la lección comenzaba inmediatamente: han habido muchas asignaturas en las que las metodologías de enseñanza eran muy interactivas con los estudiantes, como filosofía, donde hemos mantenido innumerables diálogos con el profesor y nuestros compañeros, un ppt sobre un texto filosófico para presentarlo al profesor y pusimos un cartel con todas nuestras frases filosóficas favoritas en clase; en la clase de inglés hemos utilizado un montón de pruebas en línea sobre gramática e inglés y hemos visto algunos episodios de serie en Netflix en inglés subtitulado y, en las clases con el asistente nativo de Estados Unidos, hicimos juegos interactivos entre los alumnos y incluso en la clase de francés hicimos carteles sobre algunas recetas en francés y hicimos videos sujetos a una evaluación en la que hemos cocinado una receta con cuadros, vídeos y explicaciones totalmente en francés. En cambio, otras materias tuvieron una metodología de enseñanza similar a la italiana, en las que se nos asignaban ejercicios en línea para llevar a cabo en nuestra sala virtual o ejercicios o análisis del texto literario en el cuaderno de notas para ser corregidos directamente en el aula, donde cada profesor llama a varias personas para que corrijan las tareas asignadas y, en caso de que no los tuvieran hechos, sería anotado en su propio cuaderno con todos nuestros datos y una cuadrícula de nuestras notas, mismo discurso en caso de que los hubieran realizado, porque como ya se ha dicho anteriormente el desarrollo de los ejercicios asignados y la didáctica contribuyen a alcanzar el 20% de la nota de la asignatura. Las nuevas asignaturas estudiadas en Madrid fueron interesantes, especialmente la tecnología, donde pude aprender todas las diferentes partes de un ordenador y cómo funcionaban, las redes y los tipos de redes que existen según su función y cómo escribir y redactar correctamente un informe o texto en Microsoft Word (competencias que estoy utilizando en este momento), mientras que en lo que respecta a la economía hemos abordado temas especialmente similares con la historia de la economía al principio y que afectan a la economía empresarial (oferta-demanda, beneficios y umbral de rentabilidad). Además de acostumbrarme en un nuevo sistema escolar, he tenido que afrontar también el acostumbrarme en una nueva ciudad, la famosa "ciudad que nunca duerme", el que se puede notar en todos los aspectos de la ciudad: la cena es a las 21:30/22 y normalmente para los madrileños es también temprano, el almuerzo es a las 3:00 y, lo que me hizo comprender más que todo su estilo de vida, para los madrileños las horas de sueño suficientes para afrontar el día son seis contra las ocho italianas. Madrid es una ciudad con habitantes siempre activos y que, en la primera ocasión libre, viajan por España o pasan sus días en sus casas de campo que la mayoría de las veces están muy lejos de Madrid; además, los restaurantes y los bares están siempre muy concurridos todos los días de la semana, junto con el transporte público, en el que todavía puedes encontrar muchísima gente incluso a las tres de la madrugada. Al principio, fue difícil adaptarse a las pocas horas de sueño, las comidas tardías y especialmente a sus costumbres culinarias (especialmente a las porciones que en comparación con las italianas son pobres), pero una vez que me he acostumbrado a todo esto, me he dado cuenta de cuánto la vida que se lleva a Madrid hace que la gente viva y a la vez feliz, admiro la despreocupación y la laboriosidad de los madrileños. Además, la relación de amistad muy intensa entre Italia y España y la gran acogida recibida por mis coetáneos, los profesores y la familia de acogida me hizo sentir como en casa en muy poco tiempo, haciéndome vivir los tres meses mejores de mi vida.

Lorenzo Scafidi

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